El lanzador pinareño José Ariel Contreras compartió una mirada a su carrera en las Grandes Ligas durante una entrevista con el periodista Jorge Ebro, en la que destacó la influencia y el apoyo incondicional que recibió de Orlando «El Duque» Hernández, un ícono del béisbol cubano y excompañero de equipo.
Contreras rememoró su tiempo en la selección nacional cubana, donde se encontró con El Duque, un momento crucial que marcó el inicio de una relación duradera.
Sin embargo, el destino parecía conspirar en su contra, ya que no pudieron jugar juntos debido a una sanción impuesta a El Duque en 1995.
A pesar de este contratiempo, sus caminos se cruzaron nuevamente en la MLB, primero con los Yankees de Nueva York y luego con los White Sox de Chicago.
La conexión entre Contreras y El Duque trascendió la mera coincidencia, convirtiéndose en un vínculo que se fortaleció a lo largo de los años.
Contreras recordó con cariño las palabras de aliento y la confianza que El Duque le brindaba, incluso en los momentos más difíciles.
Desde predicciones audaces sobre victorias en la Serie Mundial hasta palabras de aliento en momentos de duda, El Duque siempre estuvo presente para apoyar a su compañero de equipo.
Uno de los momentos más memorables fue cuando El Duque le aseguró a Contreras que ganarían la Serie Mundial del 2005 con los White Sox.
A pesar de las presiones y las dudas externas, El Duque nunca dejó de creer en su compañero. Y cuando finalmente lograron la hazaña, su alegría y orgullo fueron palpables.
Contreras recordó cómo El Duque le dio una trompada en el pecho, reafirmando su confianza en él y celebrando juntos su éxito.
Pero la influencia de El Duque no se limitó solo al campo de juego. Contreras habló con admiración sobre cómo El Duque era venerado por todos los cubanos, incluso por aquellos que no seguían el béisbol.
Su legado trascendió fronteras y generaciones, inspirando a muchos con su talento y su espíritu indomable.
Ahora, Contreras ve su papel como una extensión del legado de El Duque, compartiendo sus experiencias y conocimientos con las generaciones más jóvenes.
En un gesto de gratitud y compromiso, insta a los jugadores a aprovechar la oportunidad de aprender unos de otros y a trabajar juntos hacia un objetivo común.
Para Contreras, el béisbol va más allá de ganar juegos; se trata de construir una comunidad y dejar un legado duradero para las generaciones venideras.
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