A través de los años el picheo pinareño ha sido el punto fuerte en la consecución de los resultados beisboleros. Un sinnúmero de estrellas de talla mundial han desfilado por el box del estadio Capitán San Luis. Se puede presumir de tener al pitcher más ganador, al más ponchador y a otro grupo de recordistas que forman parte de la rica historia de nuestra pelota.
En la actualidad, sin mucho bombo y platillo, se cocina una hornada de nuevos talentos que ya dan clarinadas de su calidad y proyección al futuro.
Reilandy González es uno de esos que no moja, pero empapa. En silencio y a base de sacrificio este muchacho de pocas palabras se ha ganado el respeto y admiración de todos sus compañeros.
Sus números son muy buenos, pero quizás el desempeñarse como acomodador y compartir labores con cerradores de la talla de Frank Luis Medina, Isbel Hernández y Yoandy Cruz le han restado protagonismo y reflectores a los ojos de los demás.
Tras varios años con actuaciones destacadas en los clásicos domésticos, el llamado a la preselección del equipo Cuba se le ha hecho muy difícil. Lo cierto es que por mucho que se hable de especialización del picheo en el país solo queda en palabras y en puras consignas.
“Yo siempre me he preparado bien y espero que algún día me den la oportunidad de participar en una preselección, pero si no llega ellos sabrán lo que hacen. De todas formas entreno para darlo todo por mi equipo y la camiseta de Pinar”, nos comentó hace algún tiempo.
A pesar de sufrir en carne propia la poca importancia que año tras año viven los relevistas afirma que es ahí donde más le gusta estar.
“Estoy mentalizado con la función de cerrador o acomodador y me ha ido bien hasta ahora, espero poder seguir haciéndolo por mucho tiempo”.
Sin embargo, su papel con los Vegueros es fundamental y se ha convertido en un lanzador al seguro, ecuánime y posee un excelente control. Raciel Sánchez y Jesús Bosmenier mucho han tenido que ver en su desarrollo.
“En Pinar del Río están los abridores, los intermedios y los relevistas, cada cual sabe sus funciones dentro del staff y esa especialización da más descanso para el brazo. Raciel y Bosmenier rotan muy bien el picheo y eso nos brinda más resultados y propicia que no haya lesiones en el equipo”, concluyó Reilandy.
Este muchacho pinta en grande y sus estadísticas en las últimas tres temporadas así lo avalan. Su progresión y mejora constante presagian que en un futuro no muy lejano podamos verlo representando al equipo de las cuatro letras.