Julio César la Cruz (91 kg), uno de los astros del boxeo cubano, volvió a nadar contra la corriente y demostró que todavía hay que contar con él.
Tras un combate promocionado, calentado y muy esperado, la sombra no se amilanó y mandó de regreso a España a su compatriota Emmanuel Reyes.
Reyes, con nacionalidad española, presumió y alardeó antes del combate contra el camagüeyano.
En entrevista concedida al diario Marca, tras derrotar por KO al kazajo Levit, Reyes expresó.
“Yo vine a buscar mi oro y el que se ponga encima del ring, se va a caer», comenzó diciendo.
«Decían que venía un tifón y aquí está. Es la mejor manera de empezar, pero el trabajo sólo terminará con el oro. Eso es, el oro. Sólo quiero mi oro. Respeto a mis rivales, pero el rival soy yo«, alegó.
Sobre su combate con Julio César la Cruz dijo.
«Vamos a por él. A arrancar cabezas. Me da igual que sea de Cuba. Yo vine a buscar mi oro y el que se ponga encima del ring, se va a caer”
A ciencia cierta Reyes peleó muy bien y mostró un nivel superior al que enseñó en Cuba, pero viniendo de la isla, de la escuela cubana de boxeo y tratándose de sus compañeros, podía haber mostrado un poco más de modestia.
El show es aplaudible y el morbo también. Sus palabras le pusieron sabor, ganas y llenaron de ojeras a los cubanos, que con ansias, esperaron el pleito.
Por ahora Julio César la Cruz seguirá su camino en Tokio y de seguro en su mirada solo está el oro.
El natural de Camagüey, el hijo de Ana, y vecino de la calle San Juan de Dios hoy duerme tranquilo, y sobre todo, duerme con su cabeza.
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