El jonrón de Ariel Pestano en la final de la Serie 52 ante Matanzas pasó a la historia como uno de los grandes batazos del béisbol cubano.
La conexión fue en un momento de tensión, en ese entonces disputaban la final los equipos de Matanzas y Villa Clara.
Pestano, en el cierre de su carrera, se encumbró con un bambinazo que estremeció a toda Cuba, y en especial al pueblo de Villa Clara que tanto ansiaba el campeonato.
Lo interesante del batazo, más allá de lo que significó sobre el terreno, fue que le sirvió a Ariel Pestano para sacarse la espina de su exclusión del equipo Cuba que asistió al tercer Clásico Mundial.
“Los gestos lo dicen todo. Fue el último punto de la herida. Ahí me sané completo.
“Era un compromiso moral conmigo mismo y con Cuba, porque Cuba estaba implicada en todo eso.
“Salí corriendo y dije “yo soy un…”, y al llegar al home plate grité que “los grandes se respetan y a mí hay que tocarme los coj…”, dijo Pestano a Michel Contreras, en entrevista reproducida por la web Pelota Cubana.
Sobre la preparación para pegarle a la bola dijo:
“El primer lanzamiento fue bola por dentro, pero no le hice swing porque era muy mala. El segundo fue una recta por fuera que cayó en strike.
“Entonces me invadió la duda y pedí tiempo. Si observas el video, me separé y busqué concentración. Me quedé en blanco. Saqué la lengua, que es una mala manía que tengo, y me la puse en los labios.
“En cuestiones de segundos llegué a no escuchar los ruidos del estadio, y calculé que vendría con recta por dentro otra vez. Por eso abrí el pie de ‘alante’ cuando el pitcher estaba presentándose, para dejar abierta la cadera y trabajar la bola pegada”, explicó.
Ariel Pestano, según los números reflejados en Ecured, jugó 21 series nacionales, conectó 1485 indiscutibles, 291 dobles, 33 triples, 147 jonrones, impulsó 877 carreras, anotó 701 y su promedio ofensivo quedó en 289.
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