El cienfueguero Erislandy Álvarez saltó este miércoles 7 de agosto por quinta vez encerado de púrpura de París. En esta ocasión no era una pelea cualquiera, era la final Olímpica de los 63.5kg. De rival tenía al difícil púgil local Sofiane Oumiha, Campeón Olímpico que Tokio. El francés llegaba a una nueva final luego de tres victorias sin muchos contratiempos. En tanto Erislandy Álvarez había tenido pelear en cuatro oportunidades, en las que había mostrado una excelente forma, la cual debería mantener para acariciar el oro olímpico.
Desde la presentación de ambos púgiles se vio a Erislandy Álvarez con una confianza tremenda. Sabía que el rival era del más alto nivel, pero él también se había presentado así. El primer asalto fue un reflejo de la estrategia empleada durante todos sus combates. Erislandy Álvarez tiró golpes efectivos en la anatomía de Oumiha, entrando y saliendo con la velocidad que lo había caracterizado. Esos recursos lo llevaron a ganar el primer asalto 10-9 por votación unánime.
En el segundo Oumiha tiró más, pero recibió los swines en ráfagas salidos de los guantes de Erislandy Álvarez. La preparación física jugó un papel fundamental en ambos púgiles, que fueron exigidos al máximo. Terminado el segundo asalto dos jueces veían delante al cubano y tres tenían el combate empatado.
Erislandy Álvarez salió con el impulso de sus entrenadores desde la esquina y empezó a trabajar nuevamente sobre la anatomía del francés. Este, aupado por su público, le aceptó el intercambio que por momentos se suscitaba sobre el encerado. En los minutos finales los agarres comenzaron a hacer acto de presencia, pero hubo tiempo para un intercambio más. Ambos se dieron, sabían que de eso dependía la medalla de oro olímpica.
Al sonar la campana ambos fueron centro del encerado. Luego de unos segundos interminables los jueces dieron el ganador por decisión dividida 3-2. Para beneplácito de todos los cubanos y el pesar de los miles de franceses que repletaron la instalación para apoyar a su ídolo local, la victoria fue para el cienfueguero Erislandy Álvarez. Lo había ganado en buena lid, tirando golpes incesantes sobre cada uno de sus rivales. Sabía que esa era la única vía posible de destronar a Oumiha. Su medalla de oro es la segunda para la delegación cubana y la única que gana el boxeo. Gracias a Erislandy Álvarez el Buque Insignia no se va sin título de París 2024.
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De esta forma termina el pugilismo antillano en los Juegos Olímpicos. Los discípulos de Rolando Acebal sacaron de la capital francesa un oro y un bronce. El resultado queda muy por debajo del de Tokio. Aun así, el boxeo no se baja de lo más alto del podio.
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