Por: Pedrito Leal
Siempre la confección de un equipo Cuba trae polémica. Nunca se queda bien con todos y muchos salen dolidos.
Este grupo al Mundial-Sub 23 de béisbol estaba definido desde el primer día. La preselección fue pura pantomima, más para poder topar entre ellos que para definir una selección.
Eriel Sánchez y el jefe de la categoría de la Comisión Nacional de Béisbol, Roberto González Bonachea, siempre hablaron en sus entrevistas de alineaciones y rotación de abridores, en señal “al descuido” de que todo estaba armado. Solo era cuestión de tiempo.
Los espirituanos hacen ola en la plana. Los cinco atletas hicieron el grado sin dificultad, tienen calidad probada, pero otros lucieron en los topes y ni siquiera tuvieron la más mínima oportunidad de vestirse con el traje del “Cuba”.
Varios hicieron la maleta a casa sabiendo que demostraron y estuvieron a la altura en los enfrentamientos, pero ya el mal estaba hecho.
De ocho miembros del cuerpo de dirección cuatro son de Sancti Spíritus, o sea el 50%.
Vale destacar que hablamos del equipo Cuba al Mundial Sub-23 y no de un elenco de provincia a la Serie Nacional.
Eriel Sánchez (mánager), Rafael Muñoz (auxiliar), Roberto González Bonachea (Jefe de la categoría sub-23) y el «entrenador» de pitcheo Nelson Ventura Hernández.
El caso de Ventura resulta curioso, ya que es el comisionado de béisbol en Sancti Spíritus y aunque ha tenido resultados destacados como preparador, lleva años en cuestiones de dirección.
Generalmente este tipo de conjuntos llevan un solo entrenador para los lanzadores, pero esta vez se hizo la excepción.
No es difícil de entender que todo ha quedado entre amigos del Yayabo.
Recuerdo nuevamente, y no es matraca, Bonachea (Jefe de la categoría), Eriel (director del equipo) y el entrenador de pitcheo que en realidad es el comisionado de Sancti Spíritus, son amigos y por demás viven en la misma provincia.
Con la inclusión de Nelson Ventura entre los entrenadores, se priva de la posibilidad a uno (que sí agarró sol en un terreno) de integrar una selección nacional.
Este fenómeno no es nuevo, ya es película vieja, pero hay que tener tacto y ser lo más justo a la hora de reconocer a los que viven para la pelota y no de la pelota.
Muchos han hecho lo mismo. Quedar bien con tu provincia te hace un héroe local y te rodea de gente amiga en un escenario complejo.
Aunque el comisionado Ventura se disfrace de entrenador y le quite la posibilidad del viaje a otro y muchas cosas más. Nadie hablará y nadie protestará porque todo está cuadrado.
La Comisión sin comisionado es así. La pelota se ha vuelto un “relajo” donde los socios son los que son y el que no tiene padrino se muere sin bautizo.
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